Por Douglas Alvarenga
Introducción
Como
cristianos debemos vivir una vida santa, ya que así como Aquel que nos llamó es
Santo, nosotros también debemos serlo en toda nuestra manera de vivir (1 Peter
1:15). Por consiguiente, es necesario
que como cristianos practiquemos la santidad en todas las áreas de nuestras
vidas, ya que sin santidad no podremos ver a Dios (Hebreos 12:14). Con esto en mente, hay un área en la vida de
muchos cristianos donde la santidad no se refleja en lo absoluto; y esta es en
la manera de vestir. En este breve artículo
estaremos observando dos puntos: 1) La influencia del mundo en la iglesia y 2) La
instrucción Bíblica en cuanto a la manera de vestir del cristiano.
La influencia del
mundo en la iglesia
Sin
duda alguna, uno de los problemas más grandes que enfrenta la iglesia es la
influencia potente que el mundo ejerce en muchos de sus miembros. Jóvenes y adultos, de igual manera, se ven
influenciados por el mundo debido a que este posee una atracción poderosa que
lleva a muchos cristianos a caer en su tela de araña. Tantas son las cosas
atractivas que el mundo ofrece que muchos cristianos no se dan cuenta que al
dejarse llevar por ellas lo único que están haciendo es poniendo en peligro sus
almas. En cuanto a la manera de vestir
del cristiano, la pregunta surge: ¿Cuáles son los medios que el mundo utiliza
para hacer que los cristianos carezcan de santidad en su manera de vestir? A
continuación, algunos medios utilizados por el mundo:
La moda: Todas las personas, conversas
e inconversas, se sienten presionadas o atraídas (hasta cierto punto) a siempre
vestirse como la moda más actual lo dicta a través de los medios de
comunicación. La triste realidad es que
la moda más actual, por lo regular, siempre demanda que ambos hombres y mujeres
se vistan de una manera indecorosa. Esto
se hace evidente al ver las prendas reveladoras que se modelan en las pasarelas
de moda y la ropa diminuta que se vende en las tiendas.
La programación en la televisión:
Desafortunadamente, en la televisión ya no existe el pudor. La mayoría de los programas y propagandas en
la televisión están plagados de hombres y mujeres vestidos de una manera
indecorosa. Hasta los llamados
profesionales carecen de pudor y modestia.
Usted pone el canal de las noticias y las reporteras salen vestidas con
escotes reveladores que no son dignos de una mujer profesional. Los programas de televisión y las propagandas
incitan a la gente a pensar que entre más pequeña sea la ropa o más piel
muestre la mujer que eso es lo aceptable en la sociedad.
La indiferencia sembrada en el corazón del
cristiano: Muchos hombres y mujeres en la iglesia (tanto jóvenes como
adultos) toman una actitud indiferente en cuanto a su manera de vestir se
refiere. Las mujeres cristianas se
visten con escotes reveladores, con mini falda, con pantalones súper apretados
que hasta parece que muy apenas pueden respirar y caminar de lo apretado que
les quedan. Así mismo los hombres, con
las camisas desabotonadas revelando su pecho y con pantalones apretados o
demasiado flojos que les impiden caminar normalmente. La excusa que muchos dan es el famoso: “No le
veo nada de malo.” La pregunta es: ¿En serio no le ve nada de malo o no le
quiere ver nada de malo? Juzgue usted mismo con la siguiente ilustración: Una
familia se estaba preparando para ir a la iglesia un domingo por la
mañana. Cuando estaban a punto de irse
todos a la iglesia sale la hija con unos pantalones cortitos y una blusa
pequeña y apretada que no dejaba nada a la imaginación. Cuando la vio el padre de familia le pregunta
a la hija: “¿A dónde crees que vas
vestida con esa ropa?” a lo cual
la hija respondió: “Bueno, como en la
escuela no me dejan vestirme así, por eso llevaré esto puesto a la iglesia.”
El padre de familia le pregunta: “Y si en
la escuela no te dejan vestirte así qué te hace pensar que en la iglesia sí
puedes hacerlo.” Después de decirle eso a su hija, el padre de familia le
ordenó que inmediatamente fuera y se cambiara de ropa y se pusiera algo decente
para ir a adorar a Dios. Como podemos
observar, en la mayor parte de los casos, la gente si sabe que hay algo malo en
su manera de vestir, pero se quieren hacer de la vista gorda para poder salirse
con la suya y seguir la moda actual que existe en el mundo. En la ilustración la hija sabía que en la
escuela no le permitían ese tipo de vestimenta; no obstante, ella pensaba que
podía salirse con la suya al vestirse así para ir a la iglesia. Gracias a Dios que el padre de familia no se
lo permitió.
La tolerancia en las congregaciones. Desafortunadamente, no todos los padres
de familia piensan y actúan como lo hiso el padre de familia en la ilustración
que vimos hace poco. Por consiguiente,
hay muchas jovencitas y mujeres adultas que van vestidas a la iglesia como si
estuviesen en la playa, en el parque o en una pasarela de moda. Lo que es aún peor, es que los líderes de la
iglesia ven el problema y no hacen nada para corregirlo por temor de ofender a
la gente y que esta se vaya de la iglesia.
Cierto predicador comentó en una ocasión que uno de los ancianos en la
iglesia donde el ministraba le ordenó que no predicara acerca del tema de la
mujer cristiana y su vestimenta porque no quería que una de sus nietas (que se
vestía indecorosamente) se ofendiera por su predicación. Desafortunadamente, estos casos abundan en la
iglesia del Señor e impiden que muchos cristianos reflejen santidad en su
manera de vestir.
La instrucción Bíblica
en cuanto a la manera de vestir del cristiano
Afortunadamente, hay una solución para contrarrestar la influencia del
mundo en la iglesia y poder así ayudar a los cristianos a ser santos en su
manera de vestir – Esa solución es la Biblia, la Palabra de Dios. En la Biblia Dios nos ha dado todo lo que
pertenece a la vida y a la piedad (2 Pedro 1:3). Por lo tanto, si deseamos saber en realidad
como ser santos en nuestra manera de vestir debemos ir a la Palabra de Dios
para enterarnos cómo Dios quiere que sus hijos se vistan. Hay un versículo clave que se usa para
enseñar a las mujeres cómo deben vestirse, pero el principio también lo
aplicaremos a los hombres. El versículo
es 1 Timoteo 2:9, donde el apóstol Pablo escribió lo siguiente: “Asimismo, que
las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia, no con peinado
ostentoso, no con oro, o perlas, o vestidos costosos…” Primeramente,
observemos lo que el pasaje no está enseñando: El pasaje no está enseñando que
1) es pecado ir al salón de belleza y hacerse un peinado, 2) es pecado usar
joyas, ni que 3) es pecado ponerse ropa cara.
Lo que el pasaje prohíbe es el exceso y la vanidad en estas cosas. Cuando el cristiano se preocupa mucho por
estas cosas y le da prioridad y exagera en el uso de estas cosas, es allí,
entonces, donde la Palabra de Dios condena estas cosas. Un peinado decente no tiene nada de malo,
pero un peinado ostentoso para llamar la atención si es condenado por la
Biblia. Las joyas no son malas, pero
cuando una mujer o un hombre tiene anillos en todos los dedos y cadenas en
exceso con placas que parecen placas de automóvil con su nombre o apellido
escrito, eso sí es condenado. La ropa
cara no tiene nada de malo si usted la puede comprar, pero cuando usted la
presume, es allí donde está lo malo. En
segundo lugar, lo que el pasaje enseña: El pasaje enseña que 1) hay que
vestirse ordenadamente, este principio lo denota la palabra “decorosa,” la cual
denota orden, tanto en la creación (Ej. El cosmos) y la manera arreglada de
vestirse; 2) hay que vestirse con pudor, es decir, que sienta vergüenza de
mostrar piel en partes privadas de su cuerpo.
El problema es que muchas mujeres y hombres han perdido la vergüenza y
adoptan una mentalidad que entre más muestren, mejor se sienten; y 3) hay que
vestirse con modestia, es decir, con humildad; no para apantallar y hacer
alarde, sino para buscar siempre agradar a Dios y dar un buen ejemplo a los del
mundo (Mateo 5:13-16) y a los creyentes (1 Ti. 4:12). ¿Qué ejemplo puede dar una hermana con un
escote revelador o que usa mini falda? o ¿qué ejemplo puede dar un joven que
usa pantalones flojos y que muestra su ropa interior o “algo más”?
Conclusión
Recordemos las palabras de Dios al pueblo
de Israel cuando dijo: “…consagraos y sed santos, porque Yo Soy Santo”
(Lev. 11:44). Esforcémonos por buscar la
santidad sin la cual nadie verá a Dios (Hebreos 12:14) y sobre todo,
esforcémonos por comportarnos de una manera digna del evangelio (Filipenses
1:27) ya que haciendo esto estaremos agradando a nuestro Padre Celestial y a
nuestro Señor y Salvador Jesucristo. No
cuesta nada vestirse decentemente, pero tal parece que a muchos les da
vergüenza vestirse así cuando lo que les debería dar vergüenza es vestirse
vulgarmente. Piénselo, ¿A quién desea
agradar: a Dios o al mundo? (cf. Mateo 6:24; Santiago 4:4; 1 Juan 2:15-17). ¡Dios le bendiga!