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miércoles, 28 de mayo de 2014

El diezmo Bíblico

por Douglas Alvarenga

Introducción

    El “Diezmo” es uno de los temas más abusados en el mundo religioso.  Muchos llamados “líderes” religiosos han tergiversado las Escrituras para su propia destrucción (2 Pedro 3:16) y demandan de sus congregaciones un diezmo totalmente anti-Bíblico.  Es el propósito de este escrito informar detalladamente a las personas acerca del “Diezmo Bíblico” para que puedan ellas darse cuenta que el diezmo que se pide hoy no es igual al que está mencionado en la Palabra de Dios y que por lo tanto no están obligados a darlo, sino al contrario, deben oponerse totalmente a el y a los que lo piden para no ser participes de algo que va en contra de la Voluntad de Dios.  
    Antes de que usted continúe leyendo este escrito, le animamos a que tenga su Biblia abierta para que usted pueda darse cuenta por sí mismo si lo que está escrito en este artículo es cierto o no (Hechos 17:11).  Le animamos a que lo examine todo y retenga solo lo bueno (1 Tesalonicenses 5:21) y a que pruebe los espíritus para saber si son de Dios ya que muchos falsos profetas han salido al mundo (1 Juan 4:1).  Le garantizamos que lo que usted leerá en este escrito será todo conforme a la Palabra de Dios, ya que Ella nos amonesta diciendo que “el que habla, que hable conforme a las palabras de Dios” (1 Pedro 4:11).  Con esto en mente, procedamos a estudiar el tema de: “El Diezmo Bíblico.”


El diezmo: significado y antecedentes

    Muchos quizás se estarán preguntando qué significa la palabra “diezmo.” Para ser breves, la palabra diezmo viene del término Hebreo עָשַׂר [˓aśar – H6237] y significa, “cobrar o entregar la décima parte de.”[1] El término Griego para “Diezmar” es  ἀποδεκατόω [apodekatoo – G586].[2]  La Palabra de Dios menciona el diezmo por primera vez en Génesis 14:20 donde nos dice que Abraham, después de haber rescatado a su sobrino Lot de las manos de Quedorlaomer, le dio el diezmo del botín a Melquisedec rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo (Génesis 14:17-20; cf. Hebreos 7:1-4).  Después del relato de Abraham y Melquisedec, el segundo lugar donde aparece el diezmo es en Génesis 28:20-22 donde Jacob le prometió a Dios darle el diezmo de todo lo que Él le diese.  Estos dos instantes tomaron lugar bajo la Era Patriarcal y no bajo la ley de Moisés.  Tal parece ser que bajo la Era Patriarcal era una costumbre y no un mandamiento de Dios ofrecer el diezmo ya que este era practicado por otras culturas en el antiguo Próximo Oriente.[3]

El diezmo bajo la ley de Moisés

    Como observamos brevemente, el diezmo se daba bajo la Era Patriarcal pero no hay ningún versículo que indique que Dios impuso el diezmo como un mandamiento para los patriarcas, sino que simplemente fue dado como una práctica cultural que prevalecía en aquellos tiempos.  No obstante, durante la Era Mosaica bajo la ley de Moisés Dios sí impuso el diezmo como un mandamiento que los Israelitas debían guardar.  Observe lo que la Palabra de Dios dice en Levítico 27:34, dentro del contexto del diezmo, “Estos son los mandamientos que el Señor ordenó a Moisés para los hijos de Israel en el monte Sinaí.” Como podemos observar este mandamiento fue exclusivo para los hijos de Israel y por lo tanto no se aplica al cristiano.

¿De qué consistía el diezmo?

    El diezmo Bíblico consistía 1) de la semilla de la tierra o del fruto del árbol (Levítico 27:30), 2) del ganado o del rebaño (Levítico 27:32), y 3) de todo el producto del grano, de vino, de aceite, de primogénitos de vacas y de ovejas (Deuteronomio 14:22-23).  Como podemos observar ninguno de estos pasajes aquí o en otro lugar de la Biblia habla de diezmar dinero, sino al contrario, habla de diezmar productos comestibles.  Este es el diezmo Bíblico que le fue impuesto a los hijos de Israel y que se guardó bajo la ley de Moisés.  Por lo tanto, podemos concluir que el diezmo de dinero es anti-Bíblico y no encuentra ningún apoyo en la Palabra de Dios.

El diezmo y sus regulaciones

    Ahora que sabemos un poco acerca del diezmo Bíblico y de qué consistía, procedamos a ver las regulaciones que gobernaban este mandamiento.  A continuación observemos estas regulaciones:

1.      El diezmo no consistía de dinero sino de productos comestibles (Levítico 27:30-34; Deuteronomio 14:22-29).

2.      El diezmo debía darse fielmente (Deuteronomio 14:22).

3.      El diezmo debía darse cada año; i.e., una vez al año (Deuteronomio 14:22).  La pregunta sería: ¿De dónde sacan la autoridad Bíblica los llamados “pastores” para pedir el diezmo cada semana o cada dos semanas o cada mes? La Biblia es clara acerca del diezmo Bíblico, Ella dice que debía darse cada año.  Es fácil darse cuenta de donde ellos sacan su autoridad y por eso debemos tener mucho cuidado con ellos porque la misma Palabra de Dios nos advierte diciendo, “Mas en vano me rinden culto, enseñando como doctrina preceptos de hombres” (Mateo 15:9).

4.      El diezmo se debía comer en presencia del Señor en el lugar que El mismo escogía y no en cualquier lugar (Deuteronomio 14:23).

5.      Los primeros dos años los Israelitas comían su diezmo, pero el diezmo del tercer año iba para los Levitas porque ellos no tenían heredad.  En otras palabras, los Levitas solo recibían diezmos cada tres años; y es interesante notar que aun así, el diezmo no era todo para ellos, sino que lo compartían con el forastero, el huérfano y la viuda que vivían en medio de ellos (Deuteronomio 14:28-29; 26:12; cf. Números 18:21).[4]

6.      Si un Israelita vivía muy lejos del lugar que el Señor escogía él debía hacer lo siguiente: “Mas si el camino es tan largo para ti, que seas incapaz de llevar el diezmo por estar lejos el lugar donde el Señor tu Dios escoja para poner allí su nombre, cuando el Señor tu Dios te haya bendecido, entonces lo cambiarás por dinero, y atarás el dinero en tu mano e irás al lugar que el Señor tu Dios escoja. Y podrás gastar el dinero en todo lo que tu corazón apetezca: en vacas u ovejas, en vino o sidra, o en cualquier otra cosa que tu corazón desee; allí comerás en presencia del Señor tu Dios, y te alegrarás tú y tu casa” (Deuteronomio 14:24–26, LBLA).  Observemos que después de vender el diezmo que uno no podía llevar al lugar que Dios escogía debido a la distancia, uno no le daba el dinero a los Levitas, al contrario, uno iba y gastaba el dinero en lo que a uno le apeteciere.

7.      Si algún Israelita quería rescatar parte de su diezmo debía calcular su valor, luego añadir por encima de su precio justo la quinta parte de dicho precio (Levítico 27:31).  Por ejemplo, si parte del diezmo que la persona quería rescatar tenía un valor total de $100.00 dólares, entonces debía añadir la quinta parte (20%);[5] i.e. $20.00 dólares y en vez de pagar $100.00 dólares para rescatar parte del diezmo la persona iba a pagar $120.00 dólares.  Esto solo tiene sentido con el diezmo Bíblico que consistía de las cosas ya mencionadas y no de dinero.  Sería absurdo que una persona quisiera redimir un billete de $100.00 dólares y pagar $120.00 por ese billete.

8.      Los diezmos eran guardados en los almacenes (alfolíes) de las ciudades de Israel (Deuteronomio 14:28; Nehemías 12:44; cf. Malaquías 3:10).  De ahí o fueron repartidos directamente entre los que tenían derecho de recibirlos (Deuteronomio 26:12) o fueron llevados almacenados en las cámaras del templo en Jerusalén (2 Crónicas 31:4-13; Nehemías 12:44; 13:12). También los mayordomos nombrados sobre los almacenes repartían los diezmos entre sus hermanos (2 Crónicas 31:11-13; Nehemías 13:12,13).

9.      Los Levitas también debían diezmar (Números 18:26-32).  Me pregunto si los llamados “pastores” que piden el diezmo anti-Bíblico de dinero diezman de lo que ellos “reciben.”

10.  Los Israelitas comían el diezmo para que aprendieran a temer a Jehová siempre (Deuteronomio 14:23).

    Como hemos observado, estas son las regulaciones en cuanto al diezmo Bíblico se refiere.  La razón por la cual no encontramos regulaciones para el diezmo anti-Bíblico de dinero que los “pastores” religiosos piden hoy es porque no existe ninguna regulación, ya que este fue inventado por hombres (Mateo 15:9).

Refutando argumentos de pastores que piden diezmo de dinero

    A continuación, estaremos refutando algunos de los argumentos que los pastores usan para justificar la práctica anti-Bíblica de pedir diezmo de dinero.

Argumento # 1: En los tiempos de Moisés no había dinero, por eso diezmaban del fruto de la tierra y del ganado, pero ahora como ya hay dinero lo lógico es que la gente diezme dinero.

Refutación: Esta es una de las artimañas que utilizan los pastores para hacerle creer a la gente sus mentiras.  Sin embargo, cuando analizamos lo que la Palabra de Dios dice podemos darnos cuenta que el dinero sí existía en los tiempos de Moisés.  Observemos lo que debían hacer las personas si no podían llevar el diezmo al lugar que Dios había escogido debido a problemas de distancia: “Mas si el camino es tan largo para ti, que seas incapaz de llevar el diezmo por estar lejos el lugar donde el Señor tu Dios escoja para poner allí su nombre, cuando el Señor tu Dios te haya bendecido, entonces lo cambiarás por dinero, y atarás el dinero en tu mano e irás al lugar que el Señor tu Dios escoja. Y podrás gastar el dinero en todo lo que tu corazón apetezca: en vacas u ovejas, en vino o sidra, o en cualquier otra cosa que tu corazón desee; allí comerás en presencia del Señor tu Dios, y te alegrarás tú y tu casa,” (Deuteronomio 14:24-26). Observemos que Dios mismo les dijo a los israelitas que si la distancia era un problema para llevar el diezmo que Él les había pedido que entonces lo cambiaran… ¿por qué?...Por dinero.  En los tiempos de Moisés la plata era lo que comúnmente se usaba como dinero.[6] Por lo tanto, el argumento de que no había dinero y que por eso los israelitas no diezmaban dinero no es válido.
Argumento #2: Jesús enseñó en Mateo 23:23 que debemos diezmar.
Refutación: Jesús nunca dijo que los cristianos debemos diezmar.  Cuando Jesús habló acerca del diezmo Él les habló a los judíos que estaban aun bajo la ley y que estaban guardando el diezmo mientras que descuidaban otras cosas de más peso de la ley.  Observemos lo que el texto dice: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los preceptos de más peso de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y éstas son las cosas que debíais haber hecho, sin descuidar aquéllas,” (Mateo 23:23).  Ahora, nótese que a pesar de que Jesús mencionó el diezmo; no obstante, Él nunca dijo que éste consistía de dinero.  Jesús dijo, “pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino,” lo cual es consistente con la enseñanza de la ley, ya que son productos de la tierra (cf. Levítico 27:30).  Por lo tanto, el hecho de que Jesús haya mencionado el diezmo no significa que por eso los cristianos debamos diezmar.  Recordemos que Jesús nació de mujer y bajo la ley (Gálatas 4:4).  También recordemos que nosotros los cristianos no vivimos bajo la ley (Romanos 7:4, 6; Gálatas 5:18).
Argumento # 3: La Biblia enseña en Malaquías 3:8-10 que si no diezmamos le estamos robando a Dios y que debemos diezmar para que Él nos bendiga.
Refutación: En Malaquías 3:8-10 el profeta le está profetizando al pueblo de Israel el cual vivió bajo la ley; además, Malaquías está discutiendo asuntos de la ley.  Observemos lo que dice el pasaje: “8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me estáis robando. Pero decís: “¿En qué te hemos robado?” En los diezmos y en las ofrendas. 9 Con maldición estáis malditos, porque vosotros, la nación entera, me estáis robando. 10 Traed todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en mi casa; y ponedme ahora a prueba en esto—dice el Señor de los ejércitos—si no os abriré las ventanas del cielo, y derramaré para vosotros bendición hasta que sobreabunde.” Usualmente, los pastores le dicen a sus miembros: “¿quiere usted robarle a Dios?” y, obviamente, la respuesta de la gente es: “No, no quiero robarle a Dios.” A lo cual el pastor dice, “¡Entonces, dé el diezmo! A eso, estimado amigo y hermano, se le llama “controlar la mente de las personas,” lo cual es típico de muchas sectas religiosas.  Lo triste del caso es que la gente se deja intimidar por las palabras de su pastor y no se dan cuenta que el texto claramente dice, “Traed todo el diezmo al alfolí…” la pregunta es ¿para qué? La respuesta es: “para que haya alimento en mi casa.” Como podemos observar, el pueblo debía diezmar del fruto de la tierra para que hubiese alimento ya que de eso consistía el diezmo – ¡Alimento, no dinero!
Por lo tanto, no se trata si alguien le está robando a Dios o no, se trata de aplicar la Palabra de Dios correctamente (2 Timoteo 2:15) y no aplicarla de una manera que sea conveniente para nosotros y con el fin de estafar y engañar a las personas (1 Pedro 4:11).
Argumento # 4: En la parábola del fariseo y el publicano el fariseo dijo: “doy el diezmo de todo lo que gano” lo que implica que él daba dinero.
Refutación: Solo porque el fariseo dijo que daba el diezmo de todo lo que ganaba no significa que por eso él daba dinero.  El verbo “ganar” viene del griego “ktaomai” (κτάομαι, G2932) y significa, “conseguir, i.e. adquirir (por cualquier medio; poseer):—adquirir, ganar.”[7] En esencia, lo que el fariseo estaba diciendo fue: “doy el diezmo de todo lo que poseo, consigo, etc.” que de acuerdo a la ley debía ser productos comestibles y no dinero (Mateo 23:23; Levítico 27:30; Deuteronomio 14:22-23).  Además, no debemos olvidar que el fariseo aun vivía bajo la ley y estaba sujeto a ella.
Argumento # 5: Jacob le prometió a Dios darle el diezmo de todo lo que Él le diera.
Refutación: Como se observó en la introducción, el diezmo es una práctica muy antigua;[8] tan antigua que era practicada antes de que la nación de Israel fuese fundada.[9] El diezmo, antes de la Era Mosaica, en muchas ocasiones era algo voluntario como en el caso de Jacob (Génesis 28:20-22).  Observemos que Jacob hace un voto condicional a Dios; Jacob dice: “Si Dios está conmigo y me guarda…entonces Él será mi Dios, etc.;” y es dentro de ese voto condicional que Jacob voluntariamente le dice a Dios: “de todo lo que me des, te daré el diezmo,” (Génesis 28:22).  Además, es interesante observar que todo lo que Dios le dio a Jacob consistió de ganado (cf. Génesis 30:25-43; esp. Génesis 31:9, 40; 33:11); y obviamente, sus hijos, esposas y criados, pero Dios no iba a aceptar diezmos de hijos, criados, etc.  Por lo tanto, el ejemplo de Jacob no se puede usar para justificar la práctica anti Bíblica de pedir diezmo monetario.
Conclusión
    Hermanos y amigos, desafortunadamente hay muchos que creen que la piedad es un medio de ganancia (1 Timoteo 6:5) y por eso usan la Biblia para engañar a la gente.  Estas personas son las que causan divisiones y lo hacen porque a ellos lo único que les interesa es satisfacer sus propios apetitos.  Note lo que dice Pablo en Romanos 16:18, “Porque los tales son esclavos, no de Cristo nuestro Señor, sino de sus propios apetitos, y por medio de palabras suaves y lisonjeras engañan los corazones de los ingenuos.”
    La advertencia para todos es: ¡Cuídense de los pastores que piden el diezmo! ¡Cuídense de sus palabras suaves y lisonjeras! Y lo más importante, ¡No sean ingenuos ni se dejen engañar! Tengamos siempre la actitud de los judíos de Berea que “…eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así.” Que Dios nos ayude a ser más diligentes en el estudio de Su Palabra para no ser engañados por el error (1 Juan 4:1; cf. Apocalipsis 2:2).
¡A Dios sea la gloria!




[1] Ortiz, P., V., S.J. (2000). Léxico Hebreo-Español y Arameo-Español. Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.
[2] Vine, W. (2000). Vine diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo (electronic ed.). Nashville: Editorial Caribe.
[3] Freedman, D. N., Myers, A. C., & Beck, A. B. (2000). Eerdmans dictionary of the Bible (1315). Grand Rapids, Mich.: W.B. Eerdmans.
[4] Elwell, W. A., & Beitzel, B. J. (1988).  Baker encyclopedia of the Bible (2071). Grand Rapids, Mich.: Baker Book House.
[5] Péter-Contesse, R., & Ellington.  (1992).  A handbook on LeviticusUBS handbooks; Helps for translating (437). New York: United Bible Societies.
[6] Merrill, E. H. (2001). Vol. 4: Deuteronomy (electronic ed.). Logos Library System; the New American Commentary (240–241). Nashville: Broadman & Holman Publishers.
[7] Strong, J. (2002). Nueva concordancia Strong exhaustiva: Diccionario. Nashville, TN: Caribe.
[8] Freedman, D. N., Myers, A. C., & Beck, A. B. (2000).  Eerdmans dictionary of the Bible (1315). Grand Rapids, Mich.: W.B. Eerdmans.
[9] Myers, A. C. (1987). The Eerdmans Bible dictionary (1008). Grand Rapids, Mich.: Eerdmans.